Una pareja perfecta
A veces me siento la hija de Frankestein y la Celestina. Agustín y Nerea , si todavía no se conocen, tendrían que encontrarse, enamorarse, casarse y dedicarse a concebir una dinastía de escritores que le asegurarían al castellano premios Nobel de literatura durante los próximos 200 años. Y ser felices y comer perdices. Con esta propuesta me estoy asegurando el odio eterno de sus respectivas parejas. Pero a lo mejor el agradecimiento, también eterno, de futuros lectores deslumbrados.
6 comentarios:
deben ser grossos...
Leelos, y decime qué te parecen.
A caray, deja conozco a mi esposa según vuestra percepción.
Y se lo acabo de enseñar a mi novia.
Muchas gracias por las flores, en serio, un gusto.
Este...
si, mi novia te odia un poco y ya me amenazó con dejarme en carestía por enseñarle el post.
Ya ves? a ti no te fue mal, a mí por andar presumiendo ;)
Un saludo Ana.
Eh! Decile a tu novia que vos no tenés la culpa de que a veces yo me ponga en plan de modificadora genética!
jajajaja, ya se lo he dicho
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