sábado, 23 de diciembre de 2006

La Osa y el Osito

La constelación que más significado tiene para nosotros, los nacidos en el Sur del Mundo es, por supuesto, la Cruz del Sur. La Cruz del Sur, junto con Las Tres Marías, el Sol y la Luna, era lo único que yo sabía ubicar en el cielo hasta hace unos pocos años. Además, suele estar representada en algunos escudos, como éste, en algunas banderas, como ésta y ésta y en otro tipo de símbolos patrio-regionales, lo que nos hace poner nostálgicos en rebaño a los argentinos, chilenos, australianos o neozelandeses emigrados al Hemisferio Norte.

Como es natural, el Hemisferio Norte también tiene su constelación preferida, la Osa Mayor, y su estrella emblema, la Estrella Polar o Polaris. La primera vez que mi marido me mostró el cielo septentrional me las señaló a las dos, pero yo, acostumbrada por ese entonces sólo a los cielos meridionales, no fui capaz de verlas muy bien. En realidad, lo que mi marido me mostró es sólo una parte de la Osa Mayor, lo que los daneses llaman Karlsvognen, el carro del hombre, y los ingleses The Ploug, el arado, y lo que en astronomía se llama un asterismo, palabra que acabo de aprender y sobre la que aconsejo leer más en cualquier enciclopedia que encuentren.

La Osa Mayor tiene una vecina, la Osa Menor, a la que en danés se llama Kvindevognen, el carro de la mujer. La leyenda griega que les da origen –casi todas las constelaciones tienen un mito griego relacionado- es tan trágica como bella. Resulta ser que Artemisa, diosa de la caza pero también de la castidad, mantenía a su alrededor una especie de club de cazadoras vírgenes entre las cuales se encontraba la ninfa Calisto, de especial hermosura. Zeus, como no podía ser de otra manera, se enamoró de ella, consiguió seducirla y tuvo con ella un hijo que se llamó Arkas.

Desgraciadamente Hera, la mujer de Zeus, era terriblemente celosa, mientras que Artemisa era terriblemente casta y, por lo visto, bastante cuentera. Artemisa, ofendidísima con Zeus por haber arrebatado a la ninfa Calisto de su compañía, le fue a contar a Hera la historia y ésta, en venganza, convirtió a la ninfa en osa. La osa andaba por los bosques de la Arcadia hasta que un día un joven cazador apareció por ahí. El joven cazador era Arkas, su hijo, y ella, al reconocerlo, lo fue a recibir jubilosa, con los brazos abiertos de una madre cariñosa. Arkas sólo vio a un oso que lo atacaba y decidió matarla. En ese momento Zeus se dio cuenta de lo que estaba por pasar y la convirtió en todas las estrellas que hoy forman la Osa Mayor. A Arkas también lo convirtió en estrellas y, para que por fin estuvieran juntos, lo puso al lado de su mamá. Arkas es la Osa Menor y su estrella más brillante es Polaris, la estrella polar, la estrella que señala a los marineros el Norte terrestre y a los astrónomos el Norte celeste.

Por una Navidad llena de estrellas.

9 comentarios:

Ulschmidt dijo...

Ana, maravillosa historia ! Nos llevó de la Astronomía al Mito en un paseo.
Déjeme agregar un chisme de navegación: La Polaris como Ud. nos cuenta señala el Norte Celeste y en cambio aquí en estos cielos donde esta el Sur Celeste hay un hueco negro, nada más, pero eso sí: si ubicas la conocidad Cruz del Sur, y prolongas mentalmente tres veces hacia arriba su palo mas largo... ese es el Sur Celeste.
Por una Navidad con muchas estrellas ! (chin chin)

Wakefield dijo...

Nunca entendí muy bien esa manía de los dioses griegos de convertir gente o animales en estrellas, pero en esta de Calisto y Arkas me parece justificada. Muy lindo cuento; me dieron ganas de leer más al respecto en mi viejo y querido Pierre Grimal.

¡Saludos, buen año!

Mikaelina dijo...

Ana, bonito post. Me sucedió lo mismo ahora que vine por primera vez al hemisferio sur, quería observar las diferencias del firmamento y ver la cruz del sur(aprendí ya a distinguirla), y ver girar el remolino del agua del fregadero en sentido contrario (es impresionante,fíjate). Genial el mito de las Osas, no lo conocía.
Muchas estrellas para vos también.

Caracol dijo...

Si, por muchas estrellas brillantes.
En el Norte y en el Sud.

Besos navideños.

Anónimo dijo...

Hermosa historia. gracias
Feliz Año Nuevo!

Mikaelina dijo...

Ana, acabo de descubrir que la luna también se ve al revés!! (A lo mejor soy ingenua, pero juro que no lo sabía). Allá, cuando está creciente, tiene la forma de la "C" mientras que en el norte miente, y la tenemos ahora mismo como una "D". Flipe.

FA dijo...

Ya pasó la Navidad y hasta llegó un nuevo año, pero parece AnaC que seguís en las estrellas...
Estamos(oy) ansioso por una nueva historia de highway star.

Peter dijo...

Mecachis en el cielo lo que se aprende en esta bitácora!! Salud, Ana!

!D

Anónimo dijo...

les falto un poquito de la historia. Se supone que Hera tambien en castigo les prohibio que nunca podrian bajar a tomar agua, por eso es que tanto la osa menor (mas bien osito menor) como la osa mayor nunca desaparecen visto desde las altas latitudes del norte: Durante la noche parecen que van a descender y desaparecer en el horizonte pero vuelven a ascender.