Ésta soy yo
Patrizio tiene un blog que, como él dice, es una charla de café. Él va tirando cosas todo el tiempo, cualquier cosa que se le ocurra, con bastante poca autocensura, pero siempre muy bien escrito, y la gente va, comenta, se ríe y dice lo que le parece. A veces hay un clima de delirio en los comentarios que me hace acordar a esas épocas en las que uno se ponía a decir una tontería atrás de la otra colectivamente, hasta que en un momento se llegaba a una situación de bienaventuranza, una especie de nirvana de la risa, en la que todo el mundo se reía como loco y se lo pasaba súper-bien. Además de sus post desopilantes, Patrizio también tiene secciones fijas, no menos desopilantes, algunas que están desde el principio, como los ¿Sabías que…? y los Tesoros de su discoteca de vinilo, otras que estuvieron y desaparecieron, como los Diálogos de viaje, los chocolatines Jack o las Leyendas urbanas y otras que están desde hace no mucho como El manual del buen blogger o, de la que se trata aquí, sus Bloggers. Porque Patrizio, además, dibuja, y además de tener uno de los blogs ilustrados más lindos que andan por la blogosfera, lleno de fotos y tapas de discos, pone sus propios dibujos que son, al mismo tiempo, divertidísimos y encantadores, a los que también organiza en series. En la serie Bloggers nos dibuja a nosotros, por orden de aparición y de pedido, y ayer me tocó a mí. Patrizio, para que sepas, estoy súper halagada y agradecida. Me encantó. El dibujo está ilustrando este post y aquí se pueden ver los comentarios del autor.
2 comentarios:
Ana, si vos estabas halagada, imaginate yo, después de leer este post.
Me dejaste sin habla. Muchísimas gracias. Ya ni sé qué agregar.
Sólo que siempre aclaro, y se desprende de lo que decís, que el blog lo vamos construyendo con los posts, pero también con los comentarios. Así son las charlas de café. Uno pone la casa y participan todos.
Un beso grande.
Uy! Patrizio, como no comentabas, pensé que no te había gustado lo que había escrito. En realidad, siento que no le hice justicia del todo a tu blog, que me quedé corta. Pero todos tenemos alguna limitación, supongo.
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