Mi libro de arena
Mi tía del alma decía que casi siempre las cosas que uno quiere mucho llegan, pero cuando ya no se necesitan tanto como antes. A veces, hasta son inoportunas. Eso es un poco lo que me pasa con los blogs. Cuando era chica, quería un Libro de Arena, un libro que no se terminara nunca y donde cada vez se pudiera leer una historia nueva. Borges se lo imaginó, porque quizás a él le pasara lo mismo, y se lo imaginó un poco distinto, un libro de anticuario, polvoriento pero mágico. Yo me lo encontré hace unos pocos meses, delante de mi computadora. Desde entonces todos los días me encuentro historias nuevas, personajes diferentes, escritores y escritoras de todo tipo, montones de ellos tan buenos y buenas que de a poco el gusto a uno se le pone malcriado. Y todos los días tengo la oportunidad de leer nuevas páginas de este libro infinito. Lástima que justo ahora tengo otras mil cosas que hacer.
12 comentarios:
Nunca se me habia ocurrido ver los blogs como una historia interminable, pero es una bonita imagen.
Cuanta razon tenia tu abuela....
mmm ¿como era aquella frase?
¿Dios le da comida al que no tiene dientes?
Igual hay cada porquería, que me quedo con un buen libro. Si no, fíjese que yo también tengo un blog.
Era mi tía, bito, y no mi abuela. Juan, con esa frase me encuentro por lo menos una vez por semana, normalmente soy yo la sin pan pero con dientes. Ferdinand, cierto que hay porquerías, pero también hay mucho bueno para elegir. Y tu blog no es uno de los descartables.
Yo no creo que sea así del todo. Siempre tenemos parte de culpa cuando no tenemos tiempo para hacer algo que creemos querer hacer. Siempre andamos engañándonos a nosotros mismos. Buen blog :)
Cierto, pero leer blogs también es la excusa perfecta para dejar de hacer las otras mil cosas que tengo que hacer.
Es una maravillosa excusa, te lo digo ahorita que estoy de "vacaciones".
;)
Muy de vacaciones estarás, arbolito, pero escribiendo siempre esos textos que uso como excusa para pasármelo bien.
Bueno, mis sinceras disculpas por interponerme entre tantas cosas útiles que tendrá usted por hacer.
toma su tiempo ponerse a leers posts...
Y si leo los de jorge, que escribe por lo menos tres todos los días, y encima los comentarios, ni te cuento.
Venía muy bien, hasta que decidió colocarle ese final tan desilusionante.
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