jueves, 15 de febrero de 2007

La suegra mas bruja

Mi suegra no es una suegra, sino una suegrastra, la segunda esposa de mi suegro. Mi suegra de verdad, la abuela de mis hijos, murió unos meses antes de que yo llegara a Dinamarca, lo que me hace estar en el sexto cuadrito del dibujo de Maitena sobre las suegras. Como no hay mal que por bien no venga, con mi suegrastra se cumple la regla mnemotécnica que me enseñó mi profesora de matemática de primer año del colegio para multiplicar números con distinto signo. Esa de "los amigos de mis amigos son mis amigos, los amigos de mis enemigos son mis enemigos, etc". Con una suegrastra pasa lo mismo. Una suegra y una madrastra suelen ser personajes bastante nefastos, pero yo les aseguro que de la combinación sale una persona deliciosa, una señora súper-agradable que, además de hacer feliz a mi suegro, resultó ser una abuela impresionante con los nietos postizos que le tocaron en suerte.

El caso es que, si la Parca no se adelanta demasiado, en algún momento, por desgracia no demasiado lejano, yo también me convertiré en suegra y, lo que es peor, en la suegra más bruja de todas, la madre del marido, dado que soy la afortunada madre de dos hijos preciosos pero varones.

¿Qué problema hay con tener varones? Cuando estaba embarazada de mi primer hijo, yo quería tener un nene que saliera igual al padre. El padre, sin embargo, quería una beba igualita a mí. Hay que aclarar que eso parece ser un fenómeno recurrente en parejas jóvenes y enamoradas a la espera de su primer hijo, así que queda justificada la cursilería. En el momento del parto, cuando me dijeron que era un varón, me puse contenta porque tenía al bebé que había soñado, pero al mismo tiempo sentí una especie de leve tristeza indescriptible, esa sensación de pérdida sin final que tiene uno cuando se ve obligado a elegir y al mismo tiempo a renunciar para siempre a la alternativa no elegida. En este caso no era una elección, pero la sensación era la misma. Algo parecido pasó cuando nació el segundo. Mi idea era tener "dos de lo mismo", y así fue. Y la misma sensación de haberme perdido algo que no podía ser nunca jamás se repitió en el segundo nacimiento.

¿Y a qué viene todo esto? A que mi hijo menor está de novio y no es ninguna tontería, no. La historia empezó cuando estaba en segundo grado, creo, y ahora está en cuarto. Hoy llegó a casa totalmente enamorado y feliz. Cuando nos abrazamos para saludarnos, le sentí un olor raro y pensé que lo tenía que mandar a bañarse. Al rato, acurrucados los dos mirando tele, me cuenta que en la clase de no se qué les habían mostrado una película y que se había pasado toda la película con mi tocaya (sí, se llama igual que yo) recostada en su hombro haciéndole mimitos. En eso, se huele la ropa y me dice: "Mmmm, huele a Anna". Olía a otra. Y yo lo estaba por mandar a bañarse.

Dicen que las mujeres nos enamoramos usando algunos criterios bastante antiguos y que de esa manera seleccionamos al hombre que más nos conviene para tener hijos, un hombre compatible genéticamente con nosotras mismas pero, al mismo tiempo, lo suficientemente distinto como para que se produzca algún mecanismo de selección que reemplace genes más "débiles" por sus correspondientes más exitosos. Por ejemplo, yo soy muy miope. La miopía es un característica dominante, por lo que si tenía hijos con otro miope, el único resultado posible iba a ser hijos miopes. Para evitar eso, toda la vida tuve tendencia a enamorarme de hombres no miopes y parece ser que la estrategia tuvo éxito. En una de las últimas visitas al oculista, este nos aseguró que el mayor ya pasó la edad en que se revela la miopía. ¿Qué yo elegía a mis novios porque no usaban anteojos? No, no en realidad. Yo los elegía porque me gustaba cómo olían. Y mi marido era el que más rico olía de todos.

Y así estamos, mi sensación de pérdida infinita por no haber tenido hijas ahora se explica; con toda seguridad está determinada por la imposibilidad de haberles pasado mi criterio de selección atávico, el olfato. Y mi desconfianza hacia mis futuras nueras proviene de que, en realidad, son ellas las que elegirán, y no yo, a través de mis hijas.

En fin, quizás lo mejor sea respirar hondo, dejarlos ser felices y confiar en que ellos van a saber elegir igual de bien que su padre cuando llegue el momento.

26 comentarios:

Alex dijo...

me encantó y estoy segura de que tus nueras te van a gustar y vos a ellas.

Ana dijo...

Yo tenía una profesora que era madre de tres varones y solía decir: "el futuro que me espera, vieja, fea y odiada tres nueras". Yo tengo dos varones, y si, creo que es difícil, es una relación muy delicada que me parece que se encamina dando un paso al costado y dejandole a la nuera toda la cancha libre. Yo también quise varoncito como el papa, luego del mismo sexo para que sean amiguitos, ahora pienso en los nietos y si se sigue la norma general, serán mucho más nietos de su abuela materna que de su abuela paterna. En fin.

Ana C. dijo...

Gracias, Alex, eso espero. Espero que la brujería se me pase. O no me llegue.

Ana, las coincidencias entre vos y yo a veces me dejan boquiabierta. ¿Viste cómo nos linkeó Montevideana?

De todas formas, creo que tenemos cierta esperanza. Algo que yo descubrí con mis dos nenes es que una "nuerable" intenta bastante pronto congraciarse conmigo, como si fuera parte del paquete.

Betty Carol dijo...

ay, me encantó el post.

Cuando era mas joven (a los 21, ponele) fantaseaba con tener una hija mujer porque me encantaba la idea de ser madre soltera con un ahija mujer. Me hacia sentir como...acompañada..no se.

Hoy, mas estable, mas madura o mas vieja, me desvivo iamginandome un hijo varón que se ensucie jugando al futbol y que me diga que mis milanesas son las mas ricas del mundo.

El SPM me pegó terriblemente, este mes.

Mikaelina dijo...

Nunca nos parecerán bastante buenos.
Hay que aprender a aceptar, a transigir, a ponerse en la piel del otro, a mirar con sus ojos, aunque duela, es inevitable.
Y seguro que serás la "supersuegra", te adorarán.

Anónimo dijo...

No voy a ser suegra, mas bien suegro. Y ya pasé (paso) por mi primera experiencia con mi hija adolescente. No voy a negar esos celos que aparecen y la sensación de que te están afanando algo. Sólo recuerdo el día que lo conocí, en una quinta, festejando los 15. Pobre chico, cuántas patadas recibió en esos picaditos bien armadoas de viejos contra jóvenes. Una semana después seguía quejándose de los dolores. Ahora ya es casi parte de la familia, y hasta se atreve a, sin permiso, asacarle rebanadas a mi horma de queso sardo. Pero no importa, ya me va a encontrar un día con la cuchilla en la mano y sabré cobrar venganza...

(Anonymous)

Ana dijo...

No lo había visto! Esta bueno! Si, la verdad es que coincidimos en muchas cosas, yo cuando te leo tampoco dejo de asombrarme, por ejemplo esto de las nueras siempre me da vueltas. La que tuve más en serio, que duró de novia de mi hijo más de un año, cumplía con eso que tu dices, se llevaba muy bien conmigo, era muy cariñosa. Pero yo también me cuidaba pila de no meterme en nada y dejarle claro que "mi hijo" ahora también era asunto de ella, que por ejemplo le organizó a su gusto el cumpleaños... con plata mía, en casa de una amiga de ella y sin invitarnos a nosotros...jeje.. pero no me ofendí, en serio.

Cuni dijo...

Ana, la verdad es que te felicito (desde la humildad total) porque creo que hay pocas madres que son capaces de reconocer sus sentimientos de "posesión" ante los hijos. La última frase que escribiste me tranquilizó, jaja.
Creo que lo mejor sería que pudieras ver a tu nuera como a la hija mujer que no tuviste, pero entiendo que ninguna llegue NUNCA a ser merecedora de tus principitos, jaja. Slaudos.

Ana C. dijo...

Betty Carol, me hiciste acordar que yo también tenía esa fantasía a eso de los 20 años. Y otra de mis teorías es que el SPM se pone muy molesto cuando a una le empiezan a llamar mucho la atención los bebés.

Eso espero, Mikaelina, el riesgo de ser la "supersuegra" es el de convertirse una entrometida, una de esas que saben mejor de todo porque lo aprendieron antes. Brrr!

Me hiciste reir, Anonymous, los hombres tienen armas bastante más directas, veo. Cuchillos, patadas y esas cosas. Uff! Tendremos que prevenir al muchacho para que no se tome tanta confianza.

Ana, esperaré con ansia el día en que las novias les organicen los cumpleaños. Eso sí que me gustaría sacármelo de encima.

Cuni, en realidad, sí, me gustaría ver en mis nueras una especie de hijas. Espero, entonces, no tener que pelearme a gritos con la consuegra.

Ulschmidt dijo...

Pues le diré al primer novio de mi hija mayor básicamente lo ignoré. Cuando estaba por dirigirle la palabra... ya se habían peleado.

Ana C. dijo...

Veo que a usted también le cuesta, Ulschmidt. Casi me puedo imaginar la situación. ¿Me cuenta qué hizo con el segundo?

Anónimo dijo...

Qué bonito, Ana, todo, lo de los hijos, lo de la supersuegra que serás, lo de tu suegrastra, lo de los olores... Se te presiente una mujer miope muy feliz.

Besos orgiásticos.

El Chukustako Tiroleiro (¡ajua!) dijo...

todo dependera de qué tipo de nueras te toquen. Muy buen post. Como siempre.

Ana C. dijo...

Ella, la miopía siempre ha sido una constante. La felicidad, un poco más veleidosa. Pero justo ahora, no me quejo.

Chukustako, ¿eso quiere decir que existe la posibilidad de que las brujas sean ellas? Gracias!

Claudia Landini dijo...

Con respecto a confiar en que elegirán... quién sabe... dps de ver tanto creo son muy pocos los que eligen bien sino la gente no se quejaría tanto! Ni haría tanto recambio e intercambio, rejunte y revoltijo, jajajaja, chan.

Con respecto a las tácticas suegriles que tengo debo decir he implementado varias, todas sin efecto.

Mi última suegra... ya era fallecida, la mejor!

Ana C. dijo...

Quisiera saber un poco más sobre esas tácticas suegriles que no tienen efecto, Pampa.

En cuanto a lo último, es por eso que se recomienda una suegrastra.

Claudia Landini dijo...

Bueno me pedís que me delate en mis más bajos comportamientos, que aclaro solo usé con yernos (dos), mi hijo no osa aún entrar a nadie.


Por lo segundo yo no recomiendo nada... No quiero cargar con consejos nefastos.

DuVeth dijo...

No me había puesto a pensar en ello. Nosotras somos tres y mi madre nunca ha dudado en que elegiríamos bien... pero no paraba a considerar que los varones son elegidos, después de todo.

Hermoso post

Ana C. dijo...

Queda eximida, Pampa.

Tu madre se queda tranquila porque sabe que elegirán como ella lo hubiera hecho, Duveth.

Un beso a las dos.

Claudia Landini dijo...

Uffff menos mal!!!!

Si no todos van a saber que soy una suegra de m........ jajajajajaja.

Claudia Landini dijo...

Copié algo para mi blog.

Ulschmidt dijo...

al segundo novio no me lo presentaron, por supuesto. Además creo que ya no se llaman novios

Ana C. dijo...

El otro día en La Nación había un artículo muy interesante sobre padres e hijas púberes, que me hizo pensar que tanto la reacción de Anonymous, con sus patadas y cuchillos, como la suya de ignorarlos, son completamente racionales.

Claudia Landini dijo...

de las madres no decía nada??? o seré padre???

Ana C. dijo...

El artículo de La Nación está acá.

Claudia Landini dijo...

Gracias Ana!!!

Será que soy madre y padre... Me identifico con los varones en actitudes, claro que un poco más femeninas son las que gralmente uso.


Muy interesante.