martes, 25 de abril de 2006

Indicaciones

Con el tratamiento debido, cualquiera puede llegar a mostrar lo peor de sí mismo.

lunes, 17 de abril de 2006

Primavera en París

París siempre me pareció una ciudad sobrevalorada y nunca me dieron demasiadas ganas de visitarla, ni siquiera para esas visitas desintoxicantes que se regalan las parejas de antigua data para recordar que alguna vez se quisieron con locura. Para eso quizás elegiría Viena, o Praga, que todavía no conozco, o Riga, o Madrid, que sí conozco aunque no mucho.

Pero creo que en ésta, mi tercera visita, cambié para siempre de opinión. Un poco porque me tocó vivir en el lugar que me parece más lindo de la ciudad, l'Île Saint-Louis, y otro poco porque conseguí, aunque no del todo, deshacerme del agobio que me produce estar de turista en una ciudad donde hay tanto para ver. También creo que ayudó ir por fin sintiéndome totalmente cómoda con el idioma y no como la primera vez, en la que para pedir un café tenía que poner en fila todas mis neuronas bien ordenaditas.

Pero de todas formas, París es un poco como el parque temático de Europa. Si usted quiere conocer Europa, vaya a París, ahí se la muestran toda. Y eso es un poco lo que, para mí, le quita el encanto, una especie de falta de autenticidad, que a la vez se encuentra en esos lugares un poquito al costado, como la l'Île Saint-Louis.

Lo de primavera es nada más que porque queda bien en el título. Hizo frío, viento y llovió, aunque había flores por todos lados y las magnolias ya estaban en plena floración, un punto antes de empezar a marchitarse. La foto la saqué de éste lugar, donde hay muchísimas más, todas igual de buenas.

jueves, 6 de abril de 2006

No quiero impacientarme, pero...

Esta época del año es un poco rara, sobre todo acá en Bruselas. Tenemos el cuerpo cansado del invierno, la espalda entumecida por el frío y la expresión de ya no puedo más, quiero que se termine. Uno va por la calle con bufanda y guantes mientras en las vidrieras la ropa que muestran nos deja tiritando de sólo imaginarnos luciendo atuendos semejantes. Si hasta hoy a la mañana había escarcha en el parabrisas cuando salí para llevar a los chicos a la escuela. Lo único que esperamos es la primavera y que se termine el invierno de una vez.

Mientras tanto voy por la calle y algunos árboles de los que florecen ya tienen los capullos a punto de reventar, como las magnolias y los castaños. Vi flores rosaditas en los árboles de la Rue Franz Merjay, que queda por mi barrio predilecto. El problema con esas flores rosaditas, y con las magnolias, y con las flores del castaño es que duran lo que duran y casi siempre es demasiado poco. Después se caen y a sus respectivos árboles les salen las hojas y de lo único que me doy cuenta es que ya se pasó otra primavera y se va a pasar otro verano y después otro año y después... Y que todo se pasa demasiado rápido. Es por eso que no quiero impacientarme. Pero hay que reconocer que disfrutar de una primavera en flor y con escarcha es una experiencia de dudoso goce.

En el Japón, acabo de enterarme, cuando florecen los cerezos, la gente se sienta en los parques a mirarlos mientras se van emborrachando sin ningún tipo de contemplaciones. La idea es meditar sobre lo efímero de la vida usando como metáfora esas flores igual de efímeras, aunque espectaculares. El alcohol cumple la función de hacer más intensa la experiencia, ya que en el fondo de eso se trata: intensidad. Intensidad para contrarrestar el raudo paso del tiempo que nos quita el aliento, igual que el frío en abril.

sábado, 1 de abril de 2006

Eminem

Como cinco o seis años más tarde de lo que tendría que haber sido para estar más o menos actualizada con la vida, acabo de descubrir que me encanta Eminem. Partyanimal ¿Cuándo viene a Bruselas?


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