domingo, 10 de diciembre de 2006

Autobahn

Exactamente a mitad de camino entre la casa de mi suegro y mi casa hay un lugar al que no sabría si calificar de maravilloso o de espeluznante. En todo caso, es un lugar que me tiene completamente fascinada: un puente de vidrio, enorme, por encima de una de esas impresionantes autopistas alemanas, una de ésas en las que los límites de velocidad no existen -por lo menos en teoría- porque los Mercedes, los BMW y, qué menos, los Porsche, tienen que tener el derecho de circular a la velocidad exacta para la que fueron creados e imaginados.

Desde la primera vez que pasé por debajo de ese increíble puente de vidrio supe que no me iba a quedar tranquila hasta el día que pudiera subirme ahí a mirar el caudal de miles y miles de autos pasando por debajo a toda velocidad. Por supuesto, lo hice apenas se presentó la primera oportunidad y, además, conseguí enviciar al resto de la familia.

Ahora, cada vez que nos toca una de esas maratones por La Autopista del Norte, hacemos nuestra pausa de mitad de camino en Dammer Berge, que en realidad es una especie de complejo de descanso para los viajeros, con hotel, estación de servicio, restaurant y ¡hasta capilla! El puente de vidrio es el restaurant y ahí, mientras uno merienda su café con las autoproclamadas mejores tortas de la red de autopistas alemana o cena un plato de kassler mit grünkohl -yo también tengo mis ritos-, se puede mirar para abajo y sentir, como no se consigue desde ningún otro lugar del universo, la esencia más pura del automovilismo moderno en el país de los autos.

El monumento a la autopista, lo llamo yo.

14 comentarios:

Ana dijo...

´pa! lo que debe ser esa vista!! De paso, mangazo ¿tuviste que hacer algo al migrar a Beta para que los tildes y las eñes quedaran bien? Hoy migré el mío y en los links en vez de acentos y ñ aparecen cosas insólitas. Gracias,
Ana

Cuni dijo...

Daría cualquier cosa por tomarme una cervecita en ese puente. Gracias por haberme hecho viajar un ratito...y gratis! Saludos

Ulschmidt dijo...

que maravilloso lugar. De la autobahn había escuchado ya - y visto en documentales - que era algo así como el circuito de carreras del hombre común, pero que pudiera verse desde un puente vidriado ni idea. El grünkohl parece alto en calorias... pero felizmente viene sin chucrut, si la foto no me engaña.

Alex dijo...

Placer! Gracias.

Caracol dijo...

Debe ser impresionante.
En las autopistas italianas, si bien existen límites de velocidad, excepto un par de días antes de las vacaciones de Julio/Agosto que los polis deciden "preservar" su imagen seria, van todos a 250 km/h. Pero no hay puente.
En donde si hay puentes es en Gral. Paz, aunque -no se porqué- no es lo mismo :)

Buen relato, agendaré.

montevideana dijo...

Desde que ví la película Crash (de David Cronenberg de 1996), el tránsito ejerce una fascinación en mí. Y la idea de la velocidad y un puente de vidrio me parece realmente de adicción.

Ana C. dijo...

Sí, Ana, cuando migrás, las eñes y los acentos quedan rarísimos, pero pasa sólo en lo que es plantilla, no en tus textos. Se cambia a mano, editando todo lo que haga falta.

Cuni, en verano es realmente impresionante, cuando toda Europa está de vacaciones y el tráfico es una locura. Ahí pega bien lo de la cervecita...

Bueno, la col ésa es súper sana, Ulschmidt, mejor que el broccoli, dicen, pero lo que la acompaña sí que tiene calorías. De todas formas es uno de esos platos que se comen bien en una noche fría de invierno por la autopista.

Alex, :)

Caracol, me puedo imaginar! Entre Ferraris, Lamborghinis y Masseratis, la gente no debe estar muy motivada para andar despacio! En la General Paz sería bárbaro, pero tipo terraza y en verano. Ni me quiero imaginar el ruido...

Bueno, Montevideana, parece que tengo otra película para ver. Y me deja tranquila saber que no soy la única a la que la circulación automotriz tiene fascinada, para bien y para mal.

Caracol dijo...

Ojo, los autos que mas vi en Milan-Venezia fueron Mercedes y Audi, lejos.
Yo iba en mi fiat a 170 y era como si estar estacionado...

Ana C. dijo...

¿Y dónde están los fabulosos autos italianos, entonces? Seguro que en la Autobahn.

Ana dijo...

Gracias por el dato, ahi voy a hacerlo! Y adhiero a Montevideana, no te pierdas Crash!!

Anónimo dijo...

"Hay un lugar al que no sabría si calificar de maravilloso o de espeluznante", eso dices, y de tus palabras lo único que deduzco es que ese sitio te parece fascinante, y posiblemente lo sea.

Besos orgiásticos.

FA dijo...

Me fascinan los autos y más la velocidad. Y por suerte las rutas argentinas tienen un gran parecido a la Autobahn: no existe límites de velocidad (por lo menos nadie obliga a respetarlos). Clarop, también hay una gran diferencia, no tenemos ningún puente vidriado (que llevarme por delante).
En cuanto a la disputa Ferraris, Lamborghinis, Masseratis vs Mercedes, BM, Audi, Porsche, yo no tengo dudas, me quedo con cualquiera.

Abuelo Económico dijo...

como un fanático de los fierros, típico de persona del interior de Argentina, especialmente de los cercanos a la pequeña ciudad de Arrecifes (Froilan Gonzales, la dinastía Di Palma, Fontana y tantos tantos otros), ese lugar será un paso obligado en algún próximo viaje.

Anónimo dijo...

Gracias por hacernos pasear por ese puente. Una de las cosas que considero favoritas por esencia. :)