El mercado del sexo, reloaded
Este post se originó en el blog de Los Tres Chiflados, en un post que escribió Larry. Empecé a hacer un comentario y se me terminó yendo la mano, así que lo dejo por acá. En realidad, y como ustedes bien deben saber, en la población humana nacen más chicos que chicas, leí una vez que la proporción es 1015 bebés cada 1000 bebas. Yo tengo la impresión que ese número es más o menos variable y depende de catástrofes, guerras, pestes, hambrunas, etc. Es decir, la naturaleza va poniendo todo en orden con su sabia mano invisible.
Los seres humanos de sexo masculino son, por alguna misteriosa razón que se me escapa, menos resistentes a la vida que los de sexo femenino, ya desde que están en la barriga de su madre. En su más tierna infancia los atacan la tos convulsa, la muerte súbita y diversas pestes endémicas. Más adelante, desarrollan modelos de conducta más arriesgados que los de las nenas, por lo que su propensión a caerse de un árbol y romperse el cuello es un poco más elevada que la de ellas. Después aprenden a manejar, se emborrachan y manejan en ése estado, se dedican a actividades delictivas varias, se van de parranda con los amigos a lugares poco aconsejables, dan la vuelta al mundo solos, se tiran en paracaída o hacen aladeltismo y así.
En resumen, a eso de los 30-35 años, hay más mujeres que hombres en una cohorte. Ni qué decir que seguramente los que se mataron haciendo aladeltismo eran de los más atractivos sexualmente, lo que implica, a su vez, mayor habilidad reproductiva, por lo que a esa edad en que las mujeres inteligentes y educadas quieren casarse, hay una escasez de hombres bárbara. Este posiblemente sea el origen del mito de las siete mujeres para un solo hombre.
Lo que a mí me llama la atención del cuadro que presenta Larry es que parece ser que en Argentina el momento en que las mujeres se hacen más numerosas que los hombres parece estar adelantado con respecto a otros países. Lo que podría significar dos cosas: o los argentinos son menos resistentes a las enfermedades que los nativos de otros lugares, o tienen costumbres de mayor riesgo, entre las que incluiría la de manejar peor y matarse más en accidentes de tránsito.
En realidad, quizás no sea más que un resultado del aumento terrible de la pobreza en las últimas décadas, que tuvo a su vez como resultado un aumento en la mortalidad infantil que, como dije antes, afecta más a los varones.
En todo caso, el resultado final parece ser que encontrar marido en Buenos Aires se parece a eso de la aguja en el pajar o a lo del camello en la aguja o algo de agua en el desierto que no me acuerdo muy bien cómo era. Al final van a terminar siendo un bien escaso y los vamos a tener que pagar por buenos.