Argentina
El viernes, entre el segundo y el tercer gol, alguien se compadeció de mí y me mandó un link que me hizo posible seguir el partido desde la computadora. A partir de las 4 y cuarto de la tarde ya no pude despegarme y terminé riéndome sola festejando goles. Mis hijos, mientras tanto, y hasta mi marido, lo seguían desde casa, entusiasmadísimos. Como a partir de ahora ya no se puede seguir indiferente, puse tres links al costado que seguirán ahí hasta que termine el Mundial.