jueves, 28 de julio de 2005

Gimnasia cerebral

Bueno, empecé a investigar lo de los AZERTY y QWERTY, me quedé trabada aprendiendo a usar uno que no sabía ni que existía, el DVORAK. Tiene las vocales de un lado y las consonantes del otro. Esas cosas que te mantienen las neuronas bien entrenadas para que el Alzheimer no te agarre demasiado pronto. En esta página http://www.dvorak.nl hay un método para aprenderlo y practicarlo. Como ejercicio mental es como aprender a tocar el piano, pero más fácil, o como aprender un programa de computadora nuevo, pero más difícil.

miércoles, 27 de julio de 2005

Envidia y admiración

Hoy descubrí a un chico de 23 años que escribe como un ángel. Increíble que con sólo 23 años se pueda saber tanto, se sea tan culto, se tenga tal vocabulario. Y tan prolífico, parece Lope de Vega. Me gustaría conocerlo de verdad.

lunes, 25 de julio de 2005

Domingo con lluvia

Ayer me pasé todo el día encerrada en casa. Bueno, encerrada no es la palabra exacta, porque me lo pasé súper-bien.

Primero, desinstalé y volví a instalar toda mi iMac que estaba hecha un desastre. Quedó preciosa de vuelta y ahora todo funciona mejor. Lo único que, en el proceso, le borré a Martín todo su archivo de música y a Lucas (y a mí) toda la historia de los Sims que nos había llevado como dos meses construir. Teníamos 7 u 8 familias lindísimas viviendo en unas casas de lo más funcionales y haciendo unas carreras impresionantes. Ahora tienen (tenemos) que empezar de cero.

Después vimos todos juntos una película repatingados en el sofá y haciéndonos mimitos. Lucas pasó un poco de miedo, me parece que al final la película no era apta para todo público, aunque a mí y a Martín nos gustó bastante.

Al final, fui a devolver las películas, en el camino me encontré con dos linyeras belgas que me pidieron plata Euh ! on est dans la merde, on a rien a fumer. Me dieron lástima y me parecieron simpáticos, les dí dos cigarrillos a cada uno y se pusieron re-contentos, con sus sonrisas semi-desdentadas. Oui, on est dans la merde, ça se voit, pensé para mis adentros y casi les digo. Por no se qué razón, me alegraron el día, o la tarde, que ya eran como las ocho y media.

En el video club, había dos chilenos y una belga rubia hablando en chileno, a la chica no se le notaba que no era chilena, a lo mejor yo me hice la película de que no lo era porque la vi rubia y de ojos celestes y demasiado alta para ser chilena. El acento me pareció tan familiar que los miré con cariño y se quedaron un poco sorprendidos. A veces me parece que yo quiero más a los chilenos de los que ellos me quieren a mí. Un poco lo mismo que me pasa con vos.

viernes, 22 de julio de 2005

La página en blanco

Siempre me pasó lo mismo. Siempre que dije que iba a escribir, nunca encontré de qué. Es como saber tocar un instrumento y que no exista la música. O saber cocinar y no tener los ingredientes. Y sin embargo, en mi cabeza hay ruido todo el tiempo. Y conversaciones conmigo misma y con un montón de gente. Y historias que me cuento y que te cuento. Pero no tengo la compulsión incontenible de estar poniéndolas sobre papel (?) y muchas se van a quedar bailando en mi memoria o nada más que navegando por mis neuronas sin ni siquiera dejar rastro en los recuerdos. Y todo te lo querría haber contado a vos…

jueves, 7 de julio de 2005

El cronopio

Como todo el mundo sabe, Cortázar nació en Bruselas. La casa en la que nació queda en la, para mí, avenida más bonita de la ciudad. Cuando me enteré que Cortázar había nacido ahí, no pude más que ponerme contentísima, ya que mi predilección por esa calle venía de antes, y las dos cosas juntas componían una de esas perfectas coincidencias que a mí me encantan. Ahora, cada vez que alguien viene de visita a Bruselas o cada vez que llevo a conocer la ciudad a algún recién llegado, es inevitable pasar por la Avenue Lepoutre y, con la excusa de mostrarles la arquitectura, les muestro la casa natal del enormísimo cronopio, como dice la placa de bronce que señala el lugar. Lo único, claro, es que no a todo el mundo le parece igual de relevante.